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Caminar con tacos tiene toda una ciencia. Cuando nunca te has subido a un par de tacones, independiente de la edad, los vemos puestos en otras personas y admiramos lo bellos que se ven, pero tenemos un montón de prejuicios y temores provenientes de diversos factores, como por ejemplo, nuestra edad, la cultura que nos rodea, nuestra historia de vida, etc., que muchas veces nos frenan. Estas preocupaciones, que vienen del entorno social en que estamos sumergidas y que responden a inquietudes internas, nos predisponen a una actitud determinada frente a los zapatos de taco alto.
Cuando pasa el tiempo, ya estás decidida y llega el anhelado momento de usarlos, te das cuenta que no era tan fácil como creías. Haces tu mejor esfuerzo por aprender, te caes, te levantas, te desanimas, te vuelves a motivar porque así lo quieres, lo mereces, quieres sentirte linda, quieres destacar, quieres verte más alta, etc. Nadie dijo que era fácil, por eso, en esta publicación les contaré cómo fue mi experiencia la primera vez que debí usar taco altos de 15 centímetros y cómo me adapte a ellos.
Durante el año 2013 viví una de las mejores experiencias de mi vida al atreverme a participar en un concurso de belleza muy popular en Curicó, siendo ese el motivo principal por el cual debí acostumbrarme a caminar todo el día con unos tacos enormes. Durante mi época escolar jugaba con mis amigas poniéndome tacones, más grande bailaba en los aniversarios con ellos e incluso iba a centros nocturnos con zapatos que tenían un taco sutilmente “alto” para mí en ese entonces. Pero mi verdadera experiencia llegó cuando me postulé en el concurso a “Reina de la Vendimia de Chile” en Curicó.
Como el común de los mortales, al principio tuve muchísimos nervios de caerme, obvio, jamás había usado tacos “tan” altos por más de un par de horas, pero me di cuenta que si no me creía el cuento no iba a lograr dominarlos, y por lo tanto, los objetivos que estaba persiguiendo se irían del alcance de mis manos.
Fue en ese momento cuando mi actitud cambió, y cada vez que me subía a los tacones, era otra. Me esforcé y trabajé por caminar bien con tacos. Sabía lo que quería. Buscaba sutileza y por siempre ser femenina. No quería marcar mis pasos con demasiada fuerza, pero sí quería dejar mi huella con elegancia. Llegaba a mi casa con heridas en los pies, pero aún así practicaba lo que había aprendido en los ensayos. Mi actitud era diferente y se notaba. Empecé a caminar con seguridad, sin rapidez, mirando a mi alrededor y no el suelo, sino que todo aquello que tenía frente a mí. Mi actitud cambió rotundamente pero no sólo en el escenario, también en mi día a día. Me sentía más segura y también más mina, esa sensación que hasta ahora sólo me brindaban los tacones. En el Concurso me juré! ¡Y me sirvió!
Entonces, ¿cómo empezamos? A continuación te entregaré algunos tips de los que yo usé, para que logres caminar con seguridad y puedas lucir esos tacones que tanto anhelas dominar!
Es el elemento principal para estar a la altura de esos tacones que tanto te gustan. Es súper importante que al momento de ponerte esos tacos te sientas con actitud de ganadora, porque esa va a ser la actitud que reflejarás cuando camines. Recuerda que eres única, que todos tenemos virtudes y debilidades, que no hay nadie perfecto y que tienes todo el derecho de sentirte linda, de creerte el cuento y de amarte, porque nadie vendrá a entregarte ese amor que sólo tú puedes darte. ¡Nadie tiene derecho a juzgarte! Si te caes, no serás la primera, puedes levantarte y sentirte orgullosa porque puedes ponerte de pie. Todos fallamos alguna vez, pero las fallas son temporales, no permanentes. No dejes que los miedos te detengan, es de grandes seguir intentándolo.
Mente y cuerpo van de la mano. Una vez que te creas el cuento, se debería reflejar en tu postura. Párate derecha, güatita apretada y pompas hacia atrás. Tus hombros deben estar levantados e inclinados hacia atrás, pero no los fuerces. Tu cabeza mantenla siempre mirando hacia arriba junto con tu mirada, recuerda que tener el mentón en alto también te ayuda a no generar papada.
Para no caminar como avestruz (así dicen las malas lenguas), debes imaginar que vas caminando descalza o con zapatillas. El movimiento es exactamente igual a cuando caminas sin tacos. Para dar el primer paso, estiras la pierna y lo primero que toca el suelo es el taco (es decir, tu talón) y luego apoyas la parte baja (antepie y dedos). Esa es la forma correcta de caminar con tacos. No pongas el pie plano directamente contra el suelo, esto es lo que te hace ver mal cuando caminas con tacones! No temas a que cuando vas pisando directamente con el tacón te puedas torcer el pie o caer, ésto sólo sucede con pisos irregulares, pasto, grietas y tacos demasiado delgados (como el taco aguja). Si el suelo es plano y no hay mayores dificultades, nada debería suceder. Además, el equilibrio se produce cuando pones todo tu peso en el talón (taco), no en tus dedos como comúnmente hace la mayoría.
La cabeza en alto siempre debe ir acompañada de una mirada en alto. Caminar fijando tu vista entremedio de las personas o en un punto al fondo de una pared te ayudará a concentrarte mejor. Cuando estés de pie recuerda mantener tu postura y mirar directamente a los ojos a las personas con quienes conversas, ésto te dará seguridad y seriedad, además podrás observar qué tan seguro es tu interlocutor, ya que podrías ponerlo nervioso y tal vez quiera evitar tu mirada.
Háblate de manera positiva, con frases afirmativas como “lo estoy haciendo excelente”, “me veo increíble”, “soy la mejor”, “camino estupendo”, “me siento tranquila, “estoy relajada”, etc. Una frase positiva te ayudará a validarte y mantener esa actitud, en contraste a una frase negativa que sólo terminará convenciéndote de lo “pésimo”, “mal” o “terrible” que lo estás haciendo. Aunque no lo creas, nuestra mente es frágil y susceptible a lo que decimos, y los pensamientos positivos siempre serán tus aliados a la hora de conseguir lo que deseas. Intenta acompañarlos de una respiración tranquila, tomando aire por la nariz y botando lentamente por la boca, te sentirás aún más segura de lo que haces.
Si estás recién iniciando esta arte de caminar con tacones, empieza escogiendo aquellos que tengan un taco bajo y grueso, como por ejemplo, el taco “block” (o “cuadrado”), las “wedges” (o taco “chino”) o cualquier taco de menos de 3 cm., ya que son los más cómodos a la hora de caminar, independiente del suelo y el tiempo que los lleves puestos. Estos modelos que te he indicado, son de los que te entregan mayor estabilidad y son un excelente primer par de tacones para aprender y acostumbrarse.
La práctica hace al maestro y esto es así en toda disciplina. Si deseas algo, esfuérzate. Si fallas, no desistas, sigue intentando. Si te equivocas, sé consciente de tu error y levántate. Toda meta requiere constancia y los cambios no son visibles inmediatamente; por eso, si tienes un objetivo en mente, como caminar bien con tacos, inténtalo en tu casa, no el mismo día de un “evento” o salida con ellos. Cuando eres prevenida y te antepones a una situación, la experiencia te dará la seguridad que necesitas para el momento requerido. Y recuerda, requiere tiempo. No todo avance es inmediato ¡persiste!
Con los años algunos trabajos te exigen usar tacos, obviamente no tan altos como los de un concurso de belleza, pero sí porque te estilizan y te entregan elegancia. Con el paso de los años también aumentan los eventos, se casan las amigas, los primos, hay bautizos, ceremonias de graduación, etc. Si no te gustan los tacos la vida te va enseñando a usarlos, pero si te encantan, no pierdas la oportunidad de amarlos, coleccionarlos y todo lo que quieras, pero también de cuidar tus pies al saber elegir el taco adecuado para cada ocasión y caminar con una buena postura, esto es lo que te hará deslumbrar y sobresalir con tu belleza.
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Besos!