¡Feliz Año Nuevo! No puedo creer que ya estamos dando inicio al 2018 y que el tiempo pase tan rápido. Aún recuerdo cuando, hace dos años, tenía el corazón inflado y colmado de emociones que se contradecían y que no lograba descifrar porque, junto a mi pareja, estábamos a días de dar un gran paso en nuestras vidas e irnos a vivir a Estados Unidos.
Y aunque venirse a vivir a Estados Unidos suene increíble -y sí, lo es, hemos vivido momentos hermosos pero también nos ha costado otros- hay un sinfín de grandes desafíos que mucha gente desconoce y resta importancia. Desde extrañar y perderse momentos junto a las personas que uno ama, hasta el dolor terrorífico de perder a alguien en el camino o saber que algo está pasando y no puedes estar cerca. A ello se suman dificultades y obstáculos diarios que sólo la gente que vive lejos podría entender, y que tienen relación con la cultura, la gente, las comidas, el idioma, el clima, los trámites, etc. Créanme: hay cosas básicas que uno acostumbra a hacer en su país, pero que son mal vistas en otro, cosas triviales que se van descubriendo inesperadamente.
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Todo es una balanza. Estar allá y estar acá. Un día te sientes muy cómodo y al siguiente te sientes tan ajeno. Hay muchos momentos en que te cuestionas si estás haciendo lo correcto y si has tomado el camino que debías, o por el contrario, si estás arriesgando mucho y es mejor volver con los tuyos. Es verdad que se viven experiencias inolvidables, se descubren lugares únicos y que creces como jamás hubieras imaginado. Pero tienes que ser fuerte, muy fuerte y valiente. Entonces, ¿cómo resistir, adaptarse y mantenerse? Lo más importante, a mi parecer, es tener ese apoyo incondicional “cerca” y a la “distancia”. Tengo la dicha de vivir esta experiencia con la persona que elegí pasar el resto de mi vida: mi hombre, mi pilar fundamental y mi cable a tierra. Y al otro lado del mundo, tengo a mi familia, los de siempre. Lejos pero muy cerca, presentes cada día a través de una videollamada o un mensaje en alguna red social. Aquellos que nunca fallan, esos que te conocen bien y saben como te sientes aunque no les digas nada. Los que a pesar de todo, siempre estarán ahí para ti. Presentes cada día en la mente y en el corazón.
En fin, a pesar de cualquier dificultad, con mi pareja hemos conseguido crear nuestro hogar acá, lejos de casa, lejos de los nuestros. Un hogar que se ha ido fortaleciendo y que no depende de un lugar físico establecido, sino simplemente de nosotros dos. Estamos próximos a un nuevo cambio, y a diferencia de hace dos años atrás, hoy podemos decir que estamos más seguros y con una mayor confianza para afrontar los nuevos desafíos. Creemos en nosotros y seguiremos luchando por nuestras convicciones. Hemos aprendido a tomar decisiones, a no escuchar a la gente que dice desearte lo mejor y que luego descubres que sólo es gente que te descuera porque no quiere verte mejor que sí mismos. Hemos aprendido a disfrutar sin sentirnos culpables. Hemos aprendido a llevar una casa y todo lo que ello implica. Hemos aprendido tanto, a pesar de no ser conscientes de ello. Hemos conseguido muchos pequeños logros, y entre uno de los más significativos para mí, se encuentra mi licencia de conducir gringa que me permitió dejar de depender de la licencia internacional.
Queridos lectores: No importa lo que diga el resto, cuando no han estado en tus zapatos nadie sabe lo que realmente has debido pasar. Sólo tú eres dueño de tu vida y sabes lo que quieres y lo que es bueno para ti. No te desanimes, no decaigas, ve por lo que anhelas. La gente te va a juzgar, por lo que haces o dejas de hacer. Porque no saben la verdad detrás de ti. Debes estar preparado. Sé valiente y atrévete. Vas a extrañar, vas a llorar, vas a sufrir, te vas a equivocar, te vas a levantar, como también vas a crecer, vas a reír, te vas a emocionar, vas a conocer gente de culturas muy diferentes a ti y vas a viajar.
Vivir en Estados Unidos ha sido un desafío, pero hemos llegado al punto de haber construido nuestro hogar. Una persona que amo, antes de emprender esta gran aventura me dijo “Vayan, prueben y sino se devuelven. Todo va a salir bien, somos animales de costumbre. Sobrevive quien se adapta”, y vaya que tenía razón ¿Qué más puedo decir? ¡Atrévete! Nunca vas a saber si no lo intentas… es mejor decir que no resultó, a simplemente quedarse con la duda de cómo pudo haber sido.
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Por último, echando un vistazo a lo que fue el 2017, y una vez realizada esta reflexión -esperando que haya sido útil si tienes planes de comenzar una vida lejos de casa-, quiero compartir con ustedes un par de recuerdos de los mejores momentos que me ha dejado el 2017. Lo positivo, lo lindo y esos momentos que hacen que todo esfuerzo valga la pena ¡Aquí vamos!
1. Durante Febrero hicimos un road trip increíble en auto. Un recorrido que incluyó las ciudades de Washington, Philadelphia y Baltimore para terminar en la mágica ciudad que nunca duerme: New York ¡Inolvidable y absolutamente recomendable! (Revisa detalles del viaje a NY aquí)
2. Primer fin de semana largo del año en EE.UU. y nosotros nos escapamos a Los Angeles, California (Revisa detalles del viaje a LA aquí)
3. Llegó el verano a Indianapolis y disfrutamos cada fin de semana recorriendo sus alrededores. Uno de mis favoritos fue la visita a Bloomington y las instalaciones de “Indiana University”. Otros hechos memorables que marcaron el verano fueron el Eclipse Solar que abarcó todo EE.UU y las celebraciones del 4 de Julio.
4. Agosto y Septiembre fueron pura alegría. Felicidad es tener a tus visitas favoritas en tu nuevo hogar ¡Mejores vacaciones, mejores abrazos y mejores regaloneos con mis papás! Junto a ellos estuvimos recorriendo Miami, Florida. Tremendo viaje y tremenda aventura logrando arrancar del huracán Irma ¡Toda una travesía para contar!
5. A fines de Septiembre fuimos a la ciudad de Atlanta y visitamos “Georgia Aquarium”, considerado el acuario más grande del mundo hasta el año 2012. Sencillamente hermoso ¡Lloré de emoción con el show de delfines!
6. Y comenzamos rápidamente a despedirnos del calor para dar la bienvenida al otoño en Indianapolis y así finalizar la temporada con Halloween y toda la magia que los norteamericanos le ponen a esta celebración.
7. La llegada del otoño trajo consigo a Indy las primeras temperaturas bajo cero y fue un día de esos el que precisamente elegí para el photoshoot de algunos looks para el blog.
8. Navidad en Chicago. Nuestra segunda Navidad nevada y que nos hizo sentir nuevamente como en una película. Mágico y brutalmente frío con unos inolvidables -20º Celsius. Cálido… para lo que vendría luego.
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¿Aún te quedan dudas sobre cómo es vivir lejos de tu país? Déjame tus preguntas en los comentarios de abajo o en redes sociales y estaré feliz de poder orientarte. Si estas leyendo esto y te encuentras lejos de casa ¡comparte tu opinión conmigo!
Te invito a seguir mi experiencia viviendo en Estados Unidos, encuéntrame en todas las plataformas como @sobretacos
Besos!